lovely, you are lovely.

jueves, 3 de mayo de 2012

Atracción.

Esto va por @PatDuckCuack, mi pequeña gran mujer.
¿El amor de su vida? Prefería creer en el hombre del saco. O en un hombre gordo vestido de blanco repartiendo regalos en una sola noche. Lo veía inútil, un hecho sin consistencia. Había consolado muchos corazones rotos y había decidido no pasar por lo mismo, que tres días de felicidad no equivalen a todo lo que debería pasar. Por algo lo llamarían los italianos 'il barbaro dolore'. Aunque tampoco se fiaba mucho de estos últimos.
Cogió el maletín que llevaba una plaquita con su nombre y se dirigió a la oficina. Hoy llovía, pero a ella no le molestaba, hoy era día de cobro. ¿ Sabéis de esos días cuándo todo es más reluciente? Ya sabes, los pájaros cantan, las nubes se levantan, la gente te saluda con un buenos días y tu jefe te dice lo bien que te sienta esa falda negra, que ya es un poco gris por el uso dado. Pues así se sentía Patricia, nuestra mujer de negocios, nuestra reina del hielo de la calle Eduard Sheltan.
Una vez sentada en ese despacho que hoy estaba limpio y olía a Spray con olor a Pino, sacó uno a uno los informes del maletín. Se dispuso a trabajar, el olor a dinero se extendía, y tenía un efecto secundario, sí, hacía sonreír a ese montón de muñecos de trapos. Patricia se levantó del asiento y se dirigió al aseo, una vez allí se detuvo a admirarse. Su pelo castaño caía liso sobre la espalda, y se oscureció la raya del ojo, siempre los había tenido grandes, pero la encantaba darles profundidad. Se aplicó un poco de pintalabios rosa, y con el pañuelo se quitó los restos. Estaba encantadora y descaradamente sexy. Ella lo sabía, todos lo sabían.
El el baño situado a la derecha del todo se oían pequeños gemidos, a los que Patricia no dio importancia, era normal, cada vez eran más normales. El olor a fotocopias, cafés recién hechos del Starbucks y a lápices alimentarían el hambre de sexo, suponía esta. Se dispuso a mover un tacón detrás de otro, y dejar algo de intimidad a aquellos pobres diablos que seguramente estarían acabando. Justo cuándo su mano empuñaba el picaporte, la puerta del baño se abrió con una violencia que era imposible no volverse hacia atrás y ver la cara de los amantes.
La chica era la becaría rubia, esa de mucho cuerpo y poco cerebro. Pero era simpática, cómo una Barbie. Una muñeca hinchable para los peces gordos de la empresa, una modelo de moda a seguir para las becarías más jóvenes y una persona que proteger para las mujeres hechas y derechas. El hombre estaba de espaldas, traje oscuro, y corbata clara posiblemente. Se dio la vuelta y exacto, corbata azul cielo, igual que sus ojos. Menudos ojos... Magnéticos. Había reaccionado parecido en distintas ocasiones, así que patricia sabia lo que debía hacer, las órdenes eran concretas: Vuelve la cabeza, que el pelo te tape la visión, anda con decisión, no te ruborices, vuelve a tu sitio y no vuelvas a mirar esos ojos. Y así se dispuso a hacer, si no fuera por que una voz rompió los esquemas:
- Nena, se te ha olvidado el pintalabios.- Era cierto, su barra rosa estaba en el lavabo, se acercó y lo recogió.
- Gracias.
- Espera, - La agarró del brazo y la hizo volver la cabeza-. ¿Tu nombre?
- Gracias. Hasta luego, Claudia.- Dijo dirigiéndose a la cabellera rubia que se estaba retocando el maquillaje.
Salió del baño y aceleró el ritmo para meterse en su burbuja, también conocida como su despacho. Y ahí estuvo dos horas y media, olvidándose de la corbata a juego con los ojos de aquél desconocido, olvidándose de esa pérdida de control sobre si misma.
Pero el Karma, el destino o cualquier cosa de esas en las que creáis, aunque sea en la ley de vida, no dejó a Patricia recoger su cheque, irse a casa, arreglarse e irse de fiesta tranquilamente. Los imanes son imanes, y los ojos de aquél chico habían fijado el polo norte que les faltaba.
Toc, toc.
- Adelante.
- Hola, bonita. - <<Oh, no>>- Aun no sé tu nombre.
- Patricia, - dijo sin levantar la vista- jefa de crónicas.
- Ángel, - Patricia sabía que no había nombre más apropiado- hijo del jefe.
- Eso explica muchas cosas.
- ¿Salimos esta noche?
- No cometo errores, lo siento.
- Pues haz que no sea un error- Ojos claros, azules, magnéticos, mágicos, misteriosos.
<<Que diablos, - pensó Patricia- es hora de equivocarse>>.

6 comentarios:

  1. Como no, mi niña, sigue escribiendo como siempre, o si me lo permites, mucho mejor.
    Gracias por dedicármela, te verdad, me alegro que todo vuelva a la normalidad, después de tanto.
    Muchas gracias Miaumiau.
    Te quiero bonita.

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  2. TE CREES ESCRITORA PROFESIONAL O ALGO DE ESO? VETE CON TU MOVIL A UNA ESQUINA Y TUITEAR A RETRASADOS, A L@S NORMALES DEJANOS EN PAZ.

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    1. LOS RETRASADOS MANDAN A TUITEAR PORQUE ELLOS NO SABEN NADA MAS QUE CRITICAR Y SU VIDA ES TAN TONTA QUE NO SABEN NI LEER.

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    2. Gracias por el apoyo, de verdad

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  3. AJAJAJAJAJAJA NO LEAS SI NO QUIERES, ANÓNIMO AMADO.

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  4. jaja no sabes ni lo ke as puesto niña iros a llorar a papá anda

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