lovely, you are lovely.

miércoles, 15 de mayo de 2013

No puedes atar a quién ya vive encadenada.

- ¡Qué te vayas! Que tus idas y venidas ya no me marean. ¿Sabes? Una vez te pillan el truco no eres tan interesante. Eres guapa, chica, pero no puedo ir buscando las colillas manchadas de carmín mientras que lo único que quiero es echarme un puto cigarro contigo. Las cosas no funcionan así, no puedo ser tu perro y sacarte de paseo cuándo te apetezca. No puedo follarte y luego escuchar cómo lloras por otro.
Da un puñetazo a la pared. Ella sigue ahí, inmutable. Es imposible saber lo que pasa por esa cabeza. Quizás ni ella lo sabe. Cuándo te hablan tan fuerte, y te dicen tantas cosas, la cabeza va asimilándolas poco a poco. Y no se puede elegir nada. Ni censurarlo. Quizás en unos meses ella no se vea capaz de recordar el orden, pero su cabeza recordará todo lo que dice. Porque las palabras dolorosas se quedan impregnadas en la cabeza. 
- No quiero irme. - <<Cómo duele tragarse el orgullo>> piensa ella. <<Es cómo tragarse cuchillos. Es cómo verte muy muy muy muy pequeña. Quizás es que todo se hace más grande. Quizás el orgullo no merezca tanto la pena. >>- Y tú tampoco quieres que me vaya. Ambos lo sabemos. Con sólo un roce, consigo que tus sentidos se ponga alerta. ¿Quieres eso? ¿Quieres no tenerme nunca? Piensa en las opciones.
Hace un silencio. Largo, tenso. Le mira con una media sonrisa en la boca. Cómo un felino a pocos metros de alcanzar su presa.
Él alerta a sus movimientos. A cómo se muerde el labio. Cómo tuerce la cabeza y el pelo le cae a un lado de la cara. Atento a esas chispas que salen de sus ojos. Ambos huelen a miedo, miedo a querer, miedo a ser queridos. ¿Quién es el verdugo de quién? En un principio se podría creer que ella, que le jodería hasta aburrirse. Pero, cómo siempre, las cosas no son cómo parecen, y él es el verdugo de ella. Su juguete se rebela, su juguete exige, ya no quiere jugar.
- ¿Por qué así? ¿Por qué insistes en que todos seamos peones de tu juego? Yo te he querido, joder. Yo me he escapado de casa y te he llevado lejos cuándo tu casa se te caía encima, cuándo todo estaba jodido. Que claro que me encanta tenerte en mi cama, pero yo soy el único que no quería sólo eso de ti. Pero claro, la niña quiere seguir comportándose cómo si fuera superior a todos, cómo una auténtica zorra.- Ve que a ella se le llenan los ojos de... ¿lágrimas? Se le entreabren los labios y lanza un largo suspiro.- ¿Ves? ¡Después de todo lo que me has hecho! ¡Toda la mierda que he tenido encima por tener una sonrisa de esa puta boca! Después de eso no quiero hacerte daño. ¡Por Dios, Ana! ¡Mandaría todo a la mierda por verte recién levantada de nuevo! Pero contigo es imposible, porque siempre te vas. Te vas, y vuelves. ¿Sabes lo que es intentar atrapar una pompa de jabón? Te acercas lento, suave, con miedo a no llegar a tiempo, y cuándo ya casi lo tienes entre los dedos ¡BUUM! Desaparece.
- Podemos comprar un pompero nuevo.-Susurra.
- ¿Qué?
- Compremos muchos pomperos, acabemos con el suministro de jabón. Todo es intentarlo. - Se lanza a sus brazos, le sujeta las muñecas y se las coloca alrededor de su cintura, levantando levemente su camiseta- ¿Ves? Me tienes. Y no exploto, ya no exploto. Mira, aprieta que ya no desaparezco.
- Ana... Mañana te irás.
- ¿Alguna vez te has metido en la bañera con el agua ardiendo? Es una sensación increíble. El roce del agua es agradable, pero quema hasta hacerse insoportable. Es cómo que un poco está bien, pero que mucho es incómodo, y doloroso. Así es quererte. Pero poco a poco, el cuerpo se acostumbra a la temperatura, y cuándo lo hace, oh, es tan increíble lo agusto que estás. Piensas que el mundo puede seguir girando que ahí estarás tú. Y yo quiero esa sensación. Te quiero a ti.
Se funden. Caen al suelo y la ropa vuela. Él, agarrando su pompa de jabón. Ella, sumergiéndose en el agua ardiendo. Tan desesperado cómo puede ser esta escena. Ambos completamente acojonados de esa necesidad mutua.
Pero esto es la realidad, y ella, dulce y frágil pompa de jabón, dejó su baño de agua caliente en cuanto se enfrío.
El abrió los ojos y se encontró una nota: ''Siempre decías que era una miedica por no enfrentarme al mundo. Tenías razón. Te quiero y no tengo cojones a enfrentarme a eso. No puedes atar a quién ya vive encadenada.''
No volvieron a verse. 

3 comentarios:

  1. Holis :)

    te he nominado a un premio en mi blog http://loca-entre-cuerdos.blogspot.com.es/2013/05/nuevo-premio.html

    Besos :)

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  2. Holaa :) Al fin me he decidido a crear mi blog.. ¿Podrías pasarte y darme tu opinión? :3 http://consteliosyaloneos.blogspot.com.es/
    PD: nunca dejes de escribir, ¡me encantas!

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  3. Eyy no abandones el blog que me enfado... ¬¬
    Besos, de Tahis ^^

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