lovely, you are lovely.

lunes, 22 de julio de 2013

La corta pero permanente tragicomedia del pajarito.

Se supone que debería suceder en la ventana de un ático del centro, en una noche oscura por culpa de la contaminación, con sonido de tráfico y luces alumbrando la ventana. Sería más bohemio. Pero no es así, en realidad, ni se le parece. Esto sucede en una triste ventana de un piso cualquiera de un barrio cualquiera. Es lo normal, pues ella es una chica cualquiera, viviendo una vida cualquiera.
Y tras la penúltima calada, del último cigarro (el primero después de un largo mono), se da cuenta de que esa vida no la gusta, que quiere cambios, un motivo. O un nuevo sueño. Los sueños no mueren mientras no muere el soñador. Eso decían. Pero ella estaba ya un poco muerta. Un muerto es aquél que no experimenta ninguna emoción, sentimiento,...Suponía que ella estaba un poco muerta, o anestesiada. ¿Y si cuando creemos que un sueño está muerto sólo está en coma? Algunos despiertan al cabo de los años, otros no.
Y en una puta casa cutre, intentando alcanzar un poco de oxigeno para mezclarlo con nicotina y sentirse un poco menos muerta, se van muriendo los sueños que se cansaron de estar en coma. Pues ella no mueve un dedo, ella no vive para nada, así no tendrá que morir por nada.
Y quizás, si no hubiese bebido más de media botella de algún extraño licor viejo de su padre, y no se hubiera tomado un par de ibuprofenos y alguna otra pastilla rara que su madre soltaba en el armario pequeño del lado derecho del baño, no hubiera sentido esas ganas de salir del coma emocional e intentar algo nuevo, cómo estar totalmente muerta.
Pero cómo nada sale bien, y ya he dicho que esto no sucede en un ático, el pequeño pájaro de alas rotas y corazón dormido, cayó a una acera en la que simplemente se rompió una costilla y otro sueño.
Pobre ángel negro, que incluso su tragedia, se convierte en comedia.

4 comentarios: