No escuches.

No somos creemos, ni siquiera como queremos ser. Porque somos mucho más, tenemos mucho más dentro. Mírate el espejo recién levantado, te verás despeinado, con los ojos hinchados y nada atractivo, ¿pero sabes qué? Que si el sol te da directamente, los ojos te brillarán más y si sacas una sonrisa, entonces... el mundo cae a tus pies. Nadie sabe la verdadera esencia de las personas, no hablo del alma, no hablo de eso que hace que diferenciemos el bien y el mal. Hablo del olor, del sonido de la risa, o el taconeo en el suelo, hablo de la huella que dejas en la gente. La ausencia que notan cuando no estas.  Todos tenemos algo dentro que nos hace ser nosotros, algo que nos hace invencibles, que nos recuerden cuando muramos, y con eso, pequeños, nos regalan la vida eterna. En sus mentes seremos inmortales. 

Cuando no podáis con el mundo, y todo se os haga grande, imposible y creáis que no podéis dar la talla, tu solo te sorprenderás siendo más fuerte que nunca, más sincero y más tú. Todo lo de dentro fuera, lo de fuera dentro. Quizás no me entiendas, no serás el primero, ni el último.

Sólo te digo que las sonrisas siempre te hacen más especial.