lovely, you are lovely.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Laura

Vale, esta entrada se la dedico a la mejor bloggera  persona que hay por aquí. Muchos la conocéis por Sondra, algunos por su nombre, Laura, pero es la escritora de Crónicas de una tía cualquiera ; Maullidos de Chicagato y Colgando de un hilo . Decirla que ha sido mi inspiración, y que adoro sus relatos en todos los blogs, que es increíble y que en Madrid la recibiré con los brazos abiertos.
Su twitter es https://twitter.com/#!/LetsDoItBitch así que ya sabeís, y el mio es https://twitter.com/#!/MissMiauMiau
Tercer cigarro de la tarde.  Menos mal que no estaba su madre cerca porque aunque se olía que su hija se metía alquitrán en los pulmones, no tenía pruebas para demostrarlo. Laura sabía que debía cambiar de escondite, los zapatos de tacón negro se los ponía demasiado últimamente, quizás empezara a guardarlo en esa caja de la colonia, un poco pequeña, pero el paquete cabría perfectamente. Se levantó del escritorio, dejando así en plantón a sus apuntes de Filosofía, de los que ya estaba cansada, y dejó su cuerpo caer en la cama.
El pequeño Tepo, su osito de peluche, cayó al suelo sin hacer el menos ruido. Laura miró al osito atentamente; ¿Cuándo había dejado de sentirse protegida? ¿Cuándo la oscuridad dejó de asustarla? Sabe la respuesta, llega un momento en que la vida es más oscura que la oscuridad en sí. La definición de esta es la de un lugar dónde no se ve nada, ¿no? Pues, aunque en su habitación la oscuridad fuera total, sabía por dónde caminar, pero en la vida, la oscuridad no solo te hacía tropezarte y caer, también te hacía temer lo que pudieras encontrar si levantabas la mano de donde la tenías. Así la pequeña Laura olvidó la protección de Tepo, y empezó a apagar la lamparita por las noches.
Su móvil estaba vibrando, ¿quién la llamaría? No tenía ganas de hablar con nadie. Se inclinó para ver que nombre aparecía en la pantalla parpadeante. ¿Que hacía él llamándola? Apagó el móvil y se sentó al lado de la ventana, mirando los apuntes con cierta culpabilidad. Pero para culpable, él. Y para cobarde, ella. Nunca hubiera dicho que él fuera el hombre de su vida, pero parecía serlo, y aunque sólo había visto París cuándo él la hacía el amor, y sólo había grafiteado para ella en su cuerpo, le quería. Pero no era posible. Ni siquiera era imposible, porque lo imposible te lo planteas, y esto era impensable.
Decidió volver a la Filosofía y, después de que los recuerdos la abordasen, se encendió un nuevo cigarro.


4 comentarios:

  1. OH. Me ha encantado, no me lo esperaba la verdad. :) Eres increíble, me encantas. Debes ser súper adorable en persona, eso no lo dudo. No sé como te he podido inspirar tanto, ¡no lo sé! Pero me alegro de haberlo hecho (si es que yo he hecho algo).
    Eres una chica que merece la pena conocer, cuando quieras voy a Madrid, podríamos hasta organizar una quedada unas cuantas blogeras. Sería tan SAFDÑGDFHÑJDSAK. Tú ya me entiendes.

    El relato has sido increíble, te deja con muchas ganas de saber sobre él.

    Un besazo, destripadora :3

    PD: Te tendré que devolver el favor con otro relato. Eso no lo dudes.

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  2. Sí, me has inspirado muchisimo, muchisimo de verdad. Escribes para todos los gustos, pero eres... cómo mi modelo a seguir. En seiro.
    Tú si que mereces la pena, en persona y a través de una persona. Sí algún dia te pasas por Madrid llámame, y sí, la quedada bloggera seria askjjjbfkfdsdaññdn
    No hace falta que devuelvas el favor, porque este no lo era, sólo era algo que debía hacerlo, nada más.
    Unbesito.

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  3. qe gente mas flipada

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