lovely, you are lovely.

martes, 31 de enero de 2012

No se huye del pasado. [2/3]

No se huye del pasado [1/3]
Apenas habían pasado dos semanas y aquella muchacha de ojos tristes ya se había habituado a la monótona vida de allí. Se levantaba tarde, desayunaba y despejaba su cabeza dando una vuelta por los paisajes limpios de Los Pirineos. Un par de horas más tarde se metía en el bar de al lado de su casa- el único del pueblo- y se comía la sopa de la casa. El bar lo llevaba una hermosa viuda que decía estar volviéndose a enamorar, y el afortunado era el médico de aquel paraje. No era de extrañar pues era un hombre alto y apuesto, de manos grandes y ojos azules, con muchas respuestas a sus propias preguntas. Se le conocía como Cardo, de Ricardo y este la amaba también, pero el pueblo era pequeño y las malas lenguas demasiadas.
Mientras Carlota escuchaba la historia de imposible amor entre la dueña y el médico, entraba en calor con una sopa que siempre estaba demasiado caliente. No era una chica que se abriera a la primera de cambió, pero escuchaba todo, se empapaba de información, sobre todo cuando la relataban historias sobre amores desafortunados, imposibles o no correspondidos. Siempre se acordaba de las historias, los obstáculos y los finales, pero nunca recordaba los nombres; creía que las historias eran de los amantes, no del público que se entrometía. Sólo se permitía recordar los nombres de las grandes historias- Romeo y Julieta, Christian y Satine (de Moulin Rouge), Rose y Jack (de Titanic)- y a veces... de su historia propia.
- ¡Mierda!- Musitó sus pálidos labios- Eres tú.
Se escuchó un suspiro.
- Carlota, sigues viva.
- No gracias a tí, cabrón.

2 comentarios:

  1. Hola! Sabes que me encanta como escribes Maryan, pero cuida eso del laísmo :) Y por último "Musitó sus pálidos labios" será o musitaron o musitó con... En fin, que son nimiedades lo importante es que el capítulo me ha dejado con ganas de leer el siguiente. Besos.

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